¿Por qué nos duele la garganta (casi siempre) en invierno?

El dolor de garganta es probablemente una de las afecciones más molestas que puede sufrir el organismo.
No es especialmente grave (aunque tampoco hay que pasarlo por alto), pero impide llevar una vida cotidiana tranquila, ya que provoca un dolor leve pero persistente, constante y punzante, que dificulta y hace desagradables incluso las funciones más básicas, como hablar.

Al analizar esta afección con más detalle, destaca inmediatamente una característica. En el imaginario común, el dolor de garganta está ligado al frío y al invierno; su narración suele ir de la mano de no haberse cubierto lo suficiente contra las bajas temperaturas.
Pensándolo bien, en realidad hay algo de verdad en todo esto: la época del año en la que esta afección se repite con más fuerza y amplitud es precisamente el invierno; rara vez se sufre de dolor de garganta en verano, y cuando se sufre, a menudo se debe a una exposición poco meditada al aire acondicionado y, por tanto, al frío.

Llegados a este punto, surge la pregunta: ¿por qué el dolor de garganta está relacionado con el frío y las bajas temperaturas? ¿Cuál es su causa? ¡Averigüémoslo juntos!
Para responder mejor a la pregunta, primero debemos explicar qué es el aparato mucociliar y cuáles son sus funciones.
El aparato mucociliar de las vías respiratorias superiores es uno de los principales sistemas de protección del organismo humano. Está formado por un conjunto de cilios vibrátiles que desempeñan una función esencial gracias a su movimiento sincronizado: atrapan y eliminan los agentes patógenos o las sustancias inflamatorias. De hecho, este sistema constituye la primera barrera de defensa de las vías respiratorias.

Sin embargo, estos cilios tienen un enemigo: el frío. El frío interfiere en el sistema de termorregulación del aparato respiratorio, reduciendo la vascularización de los cilios. Como resultado, el movimiento de los cilios se ve significativamente afectado, lo que limita su capacidad para contrarrestar el arraigo de patógenos.
Por si fuera poco, el frío también reduce la temperatura de la cavidad nasal, lo que permite que los virus y las bacterias encuentren un terreno fértil, arraiguen mejor y luego se propaguen por el organismo gracias a los cilios vibrátiles debilitados.

Otra razón por la que el frío está relacionado con el dolor de garganta tiene que ver con los cambios de temperatura.
La transición de un ambiente cálido a otro frío, y no sólo la exposición prolongada al frío, afecta al sistema de termorregulación del organismo, mermando su capacidad para mantener una temperatura corporal estable en torno a los 37°C.
Los cambios de temperatura impiden que el organismo se adapte con rapidez, lo que aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias, sobre todo en niños, ancianos y personas con dolencias graves.
En los raros casos en que sufrimos dolor de garganta en verano, se debe precisamente a estos cambios de temperatura entre habitaciones interiores muy frías (debido al aire acondicionado) y una temperatura exterior elevada.

Una vez conocidas las causas del dolor de garganta y su correlación con el frío, ahora es importante identificar los remedios que pueden poner fin a esta desagradable afección.
En primer lugar, es fundamental cubrirse bien y evitar los cambios bruscos de temperatura para prevenirlo, pero si el dolor de garganta aparece, un remedio muy popular es el uso de la miel, que, ingerida, tiene un efecto calmante sobre las mucosas enrojecidas.
En caso de dolor más persistente y localizado, también se recomienda el uso de sprays para aliviar rápidamente el dolor.
Tienen propiedades emolientes y están especialmente formulados para esta afección.
En particular, existen sprays con extractos naturales diseñados para proporcionar un alivio inmediato gracias a las propiedades de los ingredientes que se encuentran en la naturaleza.