Betaglucanos: qué son y por qué son importantes para la nariz

Betaglucanos: una palabra peculiar que probablemente hayamos oído muy pocas veces, y sin embargo tratamos con estas sustancias todos los días y pueden ser muy importantes para nuestro organismo.

Los betaglucanos son polisacáridos naturales que se encuentran en diversas fuentes, como las setas, los cereales integrales (por ejemplo, la avena y la cebada), las algas y las levaduras.
Químicamente, son hidratos de carbono complejos, clasificados como fibras solubles. Se diferencian según su estructura molecular y la fuente de la que proceden. Por ejemplo, los betaglucanos derivados de la avena difieren en su estructura de los obtenidos de hongos y levaduras (los primeros tienen una estructura lineal, los segundos una más ramificada).

Los betaglucanos se utilizan principalmente en nutrición y dietoterapia, ya que los estudios científicos han demostrado sus excelentes propiedades, como la reducción del colesterol, la mejora del perfil glucémico, una respuesta más eficaz a la insulina y el aumento de la saciedad en dietas hipocalóricas.
Sin embargo, la singularidad de los betaglucanos radica en que su utilidad no se limita al ámbito nutricional, sino que han demostrado ser excelentes aliados de todo nuestro organismo, desde el sistema inmunitario hasta los tejidos más localizados.

Los betaglucanos comparten una característica común: la capacidad de modular el sistema inmunitario.
Esta capacidad se refleja muy bien en la protección y el cuidado de la nariz y de las primeras vías respiratorias, veamos cómo.
En primer lugar, la nariz es una de las primeras líneas de defensa del organismo contra agentes patógenos como virus y bacterias. Los betaglucanos, aplicados localmente o ingeridos, estimulan la activación de los macrófagos y las células dendríticas, dos elementos clave del sistema inmunitario. Esto refuerza la capacidad de la nariz para luchar contra las infecciones respiratorias y limitar la proliferación de agentes nocivos.
Otra característica beneficiosa de los betaglucanos es su efecto calmante e hidratante, que se activa mejor ya que la nariz suele ser víctima de la sequedad, especialmente durante los meses de invierno o en ambientes con aire acondicionado. Gracias a su capacidad para retener agua, los betaglucanos ayudan a mantener hidratada la mucosa nasal. Esto no sólo mejora el confort, sino que también ayuda a preservar la integridad de la barrera mucosa, reduciendo la vulnerabilidad a las agresiones externas.
Por último, es importante mencionar cómo los betaglucanos ofrecen una excelente protección contra las alergias, ya que tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a calmar la respuesta inmunitaria excesiva, reduciendo así síntomas como la congestión, los estornudos y el picor.

Pero, ¿cómo podemos tomar estos betaglucanos?
Se pueden tomar de diferentes formas, en función de las necesidades. Los complementos alimenticios, disponibles en cápsulas o en polvo, son una de las formas más comunes y suelen proceder de setas, levaduras o cereales como la avena.
Desde el punto de vista nutricional, los alimentos ricos en betaglucanos, como la avena, la cebada y las setas, pueden integrarse en la dieta diaria.
En cuanto a la salud respiratoria, los aerosoles nasales que contienen betaglucanos son especialmente adecuados para hidratar las mucosas, crear una barrera protectora y reforzar las defensas inmunitarias locales. Estos productos suelen estar formulados para ser suaves y pueden utilizarse tanto cuando es necesario, como durante un resfriado, como para la prevención diaria. También existen sprays especialmente formulados para la edad pediátrica.

En conclusión, los betaglucanos representan una solución natural e innovadora para la salud, en particular la de la nariz, gracias a sus propiedades inmunomoduladoras, hidratantes y protectoras. 
Utilizados regularmente, pueden mejorar significativamente el bienestar de las fosas nasales, reduciendo el riesgo de infección, aliviando las alergias y contrarrestando la sequedad.