¿A quién se recomiendan los lavados nasales?

Cuidar la higiene nasal desempeña un papel crucial en el bienestar personal, tanto desde el punto de vista higiénico como terapéutico. De hecho, los lavados nasales son eficaces para drenar y descongestionar las fosas nasales, favoreciendo una respiración adecuada, lo que resulta útil tanto en la edad adulta como en la infancia.

Descubramos por qué:

• En la edad pediátrica: el lavado nasal es un valioso aliado para facilitar la respiración y despejar las vías respiratorias de los más pequeños, que a menudo aún no son capaces de sonarse la nariz. Esto ayuda a prevenir posibles complicaciones relacionadas con la acumulación de mucosidad, que puede convertirse en vehículo de infecciones víricas y bacterianas. Por ello, se recomienda su uso en casos de resfriado o simplemente como parte de la rutina de higiene diaria.
• En la edad adulta: el lavado nasal no es sólo una práctica para la higiene normal, sino que resulta ser una herramienta valiosa en la prevención y el tratamiento de la sinusitis, los resfriados y las alergias. Resulta especialmente útil para quienes pasan mucho tiempo en ambientes cerrados y secos o están expuestos al polvo y a agentes contaminantes. De este modo, la limpieza nasal se convierte en una forma eficaz de mantener limpio y despejado el sistema respiratorio, reduciendo el riesgo de problemas relacionados con condiciones ambientales desfavorables.

¿A partir de qué edad se pueden realizar lavados nasales?

No hay una respuesta única a esta pregunta, porque cada persona es diferente. Sin duda, los lavados nasales pueden realizarse desde una edad temprana, pero sólo el pediatra puede aconsejar cuándo y cómo.

Los beneficios para quienes se hacen lavados nasales ya de niños son muchos. Una nariz obstruida y congestionada es sin duda una molestia para los niños pequeños, que, entre otras cosas, son incapaces de sonarse eficazmente la nariz en los primeros años de vida.

Evidentemente, la práctica de la irrigación puede resultar un poco molesta para los niños, por lo que siempre es mejor no insistir y, en caso de dificultad, volver a intentarlo cuando el niño esté más tranquilo. A partir de los 5-6 años, los niños también suelen tolerar mejor el lavado de la nariz.

Los beneficios son los mismos que para los adultos. En particular, los lavados nasales en niños son útiles en casos de congestión nasal, resfriados, alergias respiratorias y otros problemas caracterizados por un exceso de mucosidad. También permiten una limpieza diaria y son una ayuda útil para despejar las fosas nasales en presencia de estancamiento de mucosidad, que puede causar sinusitis y dolor de oído.

¿Cómo elegir la solución salina a utilizar?

Los lavados pueden realizarse con soluciones salinas isotónicas o hipertónicas (según el grado de sal disuelta en el agua).

Solución isotónica (fisiológica):

• La llamada solución isotónica es una solución salina caracterizada por una concentración de sales y una osmolaridad similares a las de nuestras células y fluidos corporales.
• Puede utilizarse hasta dos veces al día, por la mañana y por la noche.
• Ayuda a eliminar la mucosidad producida por la nariz y contribuye a eliminar las impurezas atrapadas en los cilios nasales durante la respiración.
• Ejerce una acción humidificante y descongestionante, valiosa para eliminar el exceso de mucosidad y despejar la nariz, pero también para realizar una higiene diaria completa de las fosas nasales.

Solución hipertónica:

• La solución hipertónica es una solución salina caracterizada por una concentración de sales y una osmolaridad superiores a las de nuestras células y fluidos corporales.
• La mayor concentración de NaCl atrae el exceso de agua hacia las células de la mucosa nasal mediante un proceso osmótico, haciendo que el moco sea más fluido y favoreciendo su eliminación.
• Tiene un mayor efecto descongestionante, por lo que es un apoyo útil en casos de congestión nasal severa, sinusitis y resfriados intensos.
• Sólo puede utilizarse durante periodos cortos porque puede irritar más las mucosas nasales..

El pediatra o el médico de familia resolverán cualquier duda: enseñando a limpiar la nariz, indicando qué solución salina utilizar y, por último, cuándo está indicada la aspiración de moco y cómo realizarla correctamente.